El tema escogido de hoy es de los más interesantes que se pueden plantear. Y no solo por la resolución táctica de la situación en la que la gran mayoría de los golpes de mis rivales se dirigen hacia mí o mi compañero, sino a la cuestión previa relacionada con la percepción personal de cuándo se produce una situación de nevera.
Tan subjetiva es la percepción que solemos tener los jugadores, dicho de paso siempre a favor nuestro, que ni tan siquiera tenemos una palabra para definir la situación del compañero al que le hacen la nevera. Dicho de otro modo, el juego de pareja nos permite siempre creer que nos hacen la nevera a nosotros porque somos muy buenos, pero nunca reconocer que nos han hecho la estufa (si esa fuera la palabra simétrica escogida para definir la situación en la que me cargan el juego a mí).
Que pocas veces he escuchado a un jugador relatar que ha perdido un partido porque la pareja rival le ha cargado el juego porque han detectado que él era la pieza más débil. Y cuantas veces se te acerca un jugador a decir que han perdido porque le han tirado todas a su compañero porque es el flojo de la pareja.
Algo no cuadra. Si fuéramos totalmente realistas, el título del artículo tendría que ser Qué hacer si… me hacen la estufa.
Ser realistas es mucho más importante que aprender a gestionar tácticamente las situaciones en las que como pareja no recibimos un porcentaje equilibrado de pelotas. Porque esa visión de pareja es la que debería presidir el debate, y no la visión subjetiva y personal. Pero ya se sabe que este nuestro deporte es visto por la mayoría de jugadores como un deporte individual que se juega por parejas.
En el terreno puramente táctico, la solución para conseguir que el mejor jugador, o aquel que en ese momento nos interese más que participe en el juego, pasa por jugar golpes cuya devolución natural sea al compañero deseado. Y por cerrar espacios reduciendo la zona ideal de devolución de mis rivales, esto es, el jugador que queremos que participe más volcará su posición ligeramente hacia la zona de su compañero, reduciendo el espacio de pista deseado por mis rivales.
Ah, y un consejo final, no hagáis sentir a vuestro compañero como un mal jugador al cual le cargan el juego por su inferior condición. Eso solamente os servirá de excusa para una derrota en la que posiblemente tengáis el 50% de responsabilidad. Sino más.