Mi amigo Jordi Arrese, campeón de la Copa Davis como capitán español y finalista olímpico en Barcelona ’92, me dijo una vez: “Javi, tú dame un jugador con buena técnica y que le pegue fuerte a la pelota y el resto ya lo solucionaremos”. Pues bien, esas son precisamente las mismas características básicas que se necesitan para triunfar en nuestro deporte.
No son esas no obstante las únicas armas necesarias para triunfar. Evidentemente, y a cualquier nivel de juego, una cabeza ordenada, un conocimiento profundo del juego, una buena aptitud y actitud competitiva, un sentido de la anticipación y como no una buena preparación física son algunos aspectos también fundamentales para alcanzar el máximo de un jugador. Algunos están incluso relacionados con aquéllos ya que por ejemplo no conseguiremos imponer un elevado ritmo de juego (a eso se me refería Jordi Arrese al decir “pegar fuerte a la pelota”) sin una buena preparación física que nos permita llegar bien a la pelota. Ni tampoco tendría mucho sentido jugar muy rápido sin un sentido del juego que nos indique cuándo variar la velocidad y dónde dirigir la pelota.
Jordi se refería a jugadores ya formados y que se encuentren en una etapa pre-profesional. Si en ese momento tenemos carencias técnicas importantes no detectadas y corregidas en etapas anteriores todo el armazón que hay que construir para conseguir un buen jugador se nos deshará, como a aquel escritor que tuviera grandes relatos que contar y una gran sensibilidad para hacerlo pero que no supiera juntar las letras para formar palabras.
Veamos ejemplos concretos que todos podamos tener en mente. Para mí el más ilustrativo es el caso de Carolina Navarro. Esta extraordinaria jugadora ha sido (y para mí sigue siendo) la mejor jugadora del mundo en los últimos años. Yo no tengo ninguna duda de que la base de su éxito ha sido la capacidad de jugar siempre con una velocidad más que el resto. Durante estos años era muy evidente que cuando las rivales no conseguían evitarla sus tiros desbordaban a las contrarias. Y no solamente con su remate demoledor sino con casi la totalidad de sus golpes. Pero hay más, por qué este año parece que han comenzado a girarse las tornas; sencillamente porque algunas jugadoras se han acercado a su ritmo de juego (por ejemplo las hermanas Sánchez Alayeto o Alejandra Salazar), otras han aprendido a aguantar mejor ritmos elevados de juego y quizás porque el ritmo de juego de Carolina haya decaído un poquito.
Otro ejemplo más concreto sería el famoso globo de Fernando Belasteguín. Estoy seguro que casi todos coincidiremos en que el Bela posee el mejor globo del circuito. ¿Pero por qué decimos eso? ¿Tiene Bela más precisión que el resto? No. Lo que tiene Belasteguín es la capacidad de mantener esa precisión incluso cuando el ritmo del juego es muy elevado. Dicho de otra forma, si Bela y algún otro jugador profesional hicieran una competición de puntería ejecutando globos con pelotas lanzadas a poca velocidad no tengo claro quién sería el vencedor. Pero si incrementamos el ritmo no hay ninguna duda, el vencedor sería el número 1 del mundo. Para no ser injustos no podemos olvidar que el globo de Bela tiene otras virtudes como el momento y la zona elegida para lanzarlo. En eso también es el mejor.
Para finalizar un tercer ejemplo. En este caso la pareja Lima-Mieres basan también sus éxitos en imponer un ritmo de juego superior a todos sus rivales. Un ritmo endiablado que solo pueden aguantar Belasteguín – Díaz y Sanyo Gutiérrez – Maxi Sánchez. De hecho, son las carencias en otras facetas del juego lo que les impide alcanzar el top de la clasificación.