Una vez más en la mayoría de las comunidades españolas serán los menores los que inicien el calendario deportivo federado. Es buen momento pues para reflexionar acerca del pádel federado de menores.
Dos países han destacado tradicionalmente en el pádel mundial: Argentina por supuesto y España. Y son esos dos países los que aportan y aportarán en los próximos años a la mayoría de los jugadores y jugadoras del circuito profesional (con una gran diferencia en cuanto al número de figuras masculinas generadas hasta la fecha en favor de Argentina y una leve diferencia favorable a España en la femenina). Pero el modelo de cantera de figuras es distinto en los dos países. En Argentina, donde el pádel federado no tiene la implantación que tiene en España, la cantera se basa en el esfuerzo personal de chicos que ven en el pádel una oportunidad de progresar en la vida que de otra forma les sería muy difícil. Tradicionalmente los chicos intentan ganarse un lugar desde muy jóvenes en los torneos de adultos para dar el salto a España, donde a excepción de un corto periodo de tiempo a finales de los 80 y principios de las 90, se han dado las condiciones para labrarse un futuro económicamente mucho más favorable que en su país de origen.
El caso español es diferente. Aquí afortunadamente, por lo menos hasta hace pocos años, la vida es en general más cómoda y hay pocos casos donde la necesidad económica sea el principal motor que impulsa a los jugadores. En España son el pádel organizado por las federaciones y la referencia del circuito WPT los que aportan la estructuran competitiva que motiva a nuestros jugadores. Los chicos compiten porque la estructura les invita a querer destacar, a ser el más reconocido entre todos, a parecerse a los grandes campeones, primero de su comunidad y después del WPT. Todos quieren ser campeones de su comunidad y si puede ser de España. Y los más dotados y trabajadores, del mundo para después convertirse en jugadores profesionales.
Existen también otro tipo de torneos, los no federados. Éstos cumplen también su misión, la promoción del pádel de base, el primer contacto de muchos jugadores con la competición aunque ésta sea poco reglada y desprovista de cualquier cauce de reclamación formalmente establecida. Pero para los niños más implicados, para los que ofrezcan mejores prestaciones, la competición no federada se les quedará pequeña y requerirán, si su deseo es progresar, de torneos donde enfrentarse a los mejores en pos de un título y un reconocimiento que solo el pádel federado puede ofrecer.
Si observáis a vuestro alrededor, incluso dentro de vuestras comunidades si son lo suficientemente extensas, las zonas que no apuestan por los torneos federados de todo tipo son las que un menor número de jugadores aportan a las diferentes selecciones autonómicas.
Os animo pues desde aquí a padres a clubs y a todo tipo de organizadores a fomentar el pádel federado como instrumento de promoción y proyección, con el fin de que todas las zonas de las diferentes federaciones luchen por aportar jugadores a las selecciones, algo que todos deseamos.