El mundo del pádel profesional no deja de aportar noticias a cual peor. Si todavía no se ha disputado el Mundial despojado de las y los mejores jugadores, nos despertamos hoy con la noticia de la resolución de la demanda que interpuso PPT (Padel Pro Tour), el antiguo organizador del circuito profesional, contra la AJPP (Asociación de jugadores profesionales de pádel). Al parecer la treta legal utilizada por la AJPP (aparentar tener la titularidad del nuevo circuito WPT para salvar el derecho de tanteo que poseía PPT al término del contrato entre PPT y AJPP) no ha dado resultado y finalmente PPT tendrá algo que decir.
Es evidente que los jugadores acabarán jugando para quien quieran. No hay juez en este mundo que te pueda obligar a trabajar para tal o cual empresa y no hace falta ser abogado para saber esto. Se abren pues varias alternativas (seguro que hay muchas más pero yo aventuro algunas): la negociación AJPP-WPT-PPT, lo que sería un cambalache inaceptable después de todo lo que se ha dicho y hecho por cada una de las tres partes. El acuerdo económico con PPT para que se dé por satisfecho y se retire. O simplemente deshacer la AJPP (que no a sus jugadores evidentemente) y muerto el perro se acabó la rabia.
Pero más allá del morbo por saber qué ha pasado realmente, y que por otra parte en líneas generales ya os he contado, lo importante es que los actores de esta historia tienen unas responsabilidades que muchas veces olvidan.
El pádel profesional como punta de lanza, escaparate y principal exportador de nuestro deporte en un momento tan decisivo de nuestra historia, lo componen 4 protagonistas. Dos de ellos, patrocinadores y organizadores de pruebas, son ajenos al deporte. Están de paso y su única ambición, legítima por otra parte, es la maximización de beneficios. Eso no quiere decir que no sean importantes, que lo son y mucho, simplemente que sus objetivos no son los mismos que el de los otros dos colectivos: jugadores y federaciones. A estos dos estamentos sí se les puede y debe exigir que miren por el futuro del pádel. Dando por hecho que el único objetivo de las federaciones es precisamente ese y que lo cumplen, el problema es que son el único actor prescindible. El pádel profesional necesita jugadores, patrocinadores y organizadores, pero no necesariamente federaciones.
Nos quedan los jugadores. ¿Qué hay de ellos? ¿Son conscientes de que sus decisiones no pueden ser solamente función de su interés a corto plazo, de su bolsillo? El pádel les da mucho y tienen la obligación de velar por su futuro. Valores como la estabilidad, el buen nombre de nuestro deporte, la seriedad etc son fundamentales para que a todos nos vaya mejor. Ellos son nuestros representantes y deben saberlo. Pero también por interés propio. ¿O alguien piensa que las grandes empresas cuando vean el panorama estarán dispuestas a apostar por ellos y de retruc por todos nosotros?
Es pues momento de exigir a los jugadores altura de miras, responsabilidad y decisiones que les honren y nos honren a todos. Esperamos mucho de ellos.