Antes de dedicarme a pádel, fui uno más de esos niños que pasaban horas y horas practicando el tenis, con el fin de llegar a lo más alto (finalmente el tenis decidió abandonarme y como reza el dicho se me abrió otra puerta, la del pádel).
En aquella época la televisión solo retransmitía las finales de los grandes acontecimientos: Copa Davis (en mi época no alcanzábamos las rondas finales como actualmente) y rondas finales de torneos Grand Slam. Los chicos como yo solo teníamos una oportunidad al año para disfrutar del juego de los grandes jugadores, el Trofeo Conde de Godó (soy de Barcelona y dicho torneo ya se disputaba cuando era un niño). ¡Os podéis imaginar la ilusión que nos hacía! ¡Poder ver en directo y por única vez al año a nuestros ídolos! Recuerdo que nos fijábamos en todos los detalles: el revés de este, el saque del otro, la ropa que utilizaban, cualquier detalle. Y pasábamos en el torneo todas las horas que podíamos, hasta el final de cada jornada. Durante los días posteriores nuestra única obsesión era practicar, todas las horas que fuera posible, todo lo que habíamos visto y aprendido. ¡Con que ganas íbamos a entrenar!
He pasado dos días en el torneo WPT de Castellón. Durante uno de los partidos del jugador que más me hace disfrutar actualmente, Sanyo Gutiérrez, me descubrí intentando tomar notas mentales para repetir lo que hace en próximos entrenos. Sé que nunca lo haré pero estoy contento de seguir mirando el pádel como miraba el tenis cuando era pequeño, con esa pasión. Y a pesar de que me costará, seguro que intentaré incorporar alguno de sus inacabables recursos a mi pequeño arsenal. Y sino, como mínimo lo incorporaré para trasladarlo a los pupilos (pocos en la actualidad desgraciadamente).
Busqué por la grada chicos o niños que me recordasen a mí cuando era pequeño. No creí encontrar a demasiados. No son quizás la época estival y un lugar de veraneo como Benicàssim los mejores condicionantes para ello. También es cierto que hoy en día, aunque el pádel no se retransmite por cadenas generalistas de televisión, es relativamente fácil acceder a videos a través de internet, poniendo a disposición de los más jóvenes el conocimiento de los grandes jugadores y jugadoras.
A los que sois padres os recomiendo encarecidamente que llevéis a vuestros hijos a los torneos WPT. Allí aprenderán de los mejores. Y si realmente tienen amor y pasión por nuestro deporte, seguro que recordarán durante años, como hago yo con el Trofeo Conde de Godó, el acontecimiento. Además hoy en día los jugadores y las jugadoras son muy accesibles al público y seguro que tendréis la oportunidad de compartir algún momento con alguno de ellos.