Los jugador@s de pádel, todos lo sabemos, disfrutan de trayectorias profesionales muy dilatadas. Actualmente, en nuestro deporte las condiciones físicas de los jugador@s profesionales son importantes, pero no decisivas como en muchos otros. Dicho de otra forma, la experiencia y el conocimiento del juego pueden compensar una ligera merma de la condición física.
Estoy convencido que a medida que el juego se vaya profesionalizando más, la condición física tomará más protagonismo y por tanto la edad media de los jugador@s profesionales descenderá. Pero de momento esa longevidad es una traba inicial que tienen los jóvenes valores para hacerse un hueco entre los grandes. Aunque no es la única.
Qué necesitan los jóvenes talentos para triunfar: entrenar (en las diferentes vertientes del entrenamiento) y competir. Sencillo. En los últimos años han aparecido un sinfín de escuelas de pádel (unas mejores que otras) y programas formativos de tecnificación de varias federaciones autonómicas, que van cubriendo poco a poco las necesidades de los menores y los que quieren dar el salto al circuito WPT. Las técnicas de entrenamiento van mejorando con la aparición de nuevos entrenadores que se suman a los poquitos de hace unos años, algunos de ellos exjugadores, y profesionales de otras disciplinas como la preparación física o mental se integran en los grupos de entreno.
El problema lo tenemos en la competición. Las etapas tempranas de la formación están bien cubiertas por los circuitos de menores autonómicos y el circuito de menores de la Federación Española de Pádel. Los chic@s continúan su camino en los diferentes circuitos regionales, no todos igualmente organizados ni reglados, pero la mayoría cumplen su función.
Pero llega el momento del salto. WPT solo organiza un tipo de torneos, súper torneos con los mejores jugadores del mundo. Por temas de competición los cuadros de fase final y fase previa son relativamente pequeños, lo cual implica que si quieres ascender te ves obligado a forjarte en la fase pre previa. Esa fase se disputa los primeros días de la semana y no reparten premios en metálico. Así pues, esa primera etapa WPT, que debe combinarse con las pruebas del circuito regional, tiene un coste en tiempo y dinero importante, lo cual provoca muchas bajas entre futuros profesionales.
Si esa primera etapa es superada y se alcanza un nivel WPT que te acerca a los mejores, aunque todavía con costes económicos que soportar, llegan las trabas impuestas por el circuito WPT y las asociaciones de jugador@s. Dichas trabas, planteadas desde la comprensible lógica de preservar los derechos de exclusividad del circuito y los premios económicos de l@s jugador@s, conllevan una consecuencia perversa: en el momento de dar el salto definitivo a la élite, se cercenan las posibilidades de competir, reduciendo las oportunidades de aprendizaje.
Entendiendo y respetando las razones de jugador@s y WPT, pienso que deberían revisar y modificar el sistema actual, dando más libertad a los jugadores de segundo nivel para acabar de formarse. Y creo también que este importante objetivo de potenciar a ese grupo de jugador@s es alcanzable sin renunciar a la protección legítima de los intereses del circuito y las asociaciones de jugador@s.