Si aterrizase un extraterrestre en el circuito WPT y evaluara la situación que se ha producido con la ruptura de la pareja Belasteguín – Juan Martín Díaz, estoy seguro de que su única respuesta a lo sucedido sería que o bien la dirección del circuito ha impuesto o sugerido el cambio en aras a una mayor competitividad o existe un grave problema personal entre los número 1. Dado que ninguna de las posibilidades anteriores son ciertas, mucho me temo que la realidad profunda de la situación, más allá de las explicaciones que han dado los implicados y que con toda seguridad reflejarán parte de la realidad, no nos será nunca revelada en su integridad.
Más allá de razones, lo cierto es que la temporada 2015 en categoría masculina se nos presenta mucho más emocionante que las últimas 13. Desde el anuncio de la separación de los número 1 se han disputado 5 torneos. Y no parece que nada haya cambiado respecto las 12 temporadas anteriores; 4 victorias y una final para Belasteguín – Díaz. Es evidente, y ellos lo sabían cuando decidieron separar sus carreras, que esos excelentes resultados como mínimo uno de ellos no los volverá a repetir. Mi apuesta es que ninguno de ellos repetirá, a corto plazo, los resultados de años anteriores. No hace falta ser Sherlock Holmes para deducir que si tu pareja tiene menor nivel que la que tenías el año anterior y tu rival es más fuerte, los resultados no serán los mismos. Porque a día de hoy todavía Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín son los mejores.
Pero todavía hay más. La pareja Sanyo Gutiérrez (de los que algunos comentáis no sin razón que tengo especial debilidad) y Maxi Sánchez (sin duda alguna el jugador más mejorado de la última temporada junto a Paquito Navarro y Adrián Blanco) se verán beneficiados por la nueva composición de las parejas 1 y 2. Si hoy por hoy ya son la alternativa a los dos grandes, sin duda la distancia con la pareja uno, sea cual sea ésta en 2015, se podría recortar. Siempre pensando además que ellos cuentan con el factor a favor de la compenetración adquirida en las últimas 2 temporadas.
Cosa distinta sería el análisis a largo plazo de la nueva situación. Análisis que muchos hacen y en donde la edad de los implicados dibuja un escenario diferente. Pero la vida y el conocimiento del circuito me ha enseñado que los análisis a largo plazo son temerarios ya que las variables que intervienen son demasiadas y muy volátiles. Sería muy fácil decir que Belasteguín – Lima tienen las de ganar a largo plazo ya que la edad de Díaz hace pensar que sus mejores días ya han pasado. Pero la realidad demuestra que eso no es así de momento y además nadie puede asegurar el nivel futuro de Lima – Belasteguín así como tampoco la evolución futura de los jóvenes valores como Paquito Navarro, los propios Maxi Sánchez y Sanyo Gutiérrez o el resto de jóvenes jugadores. Por no hablar de otras circunstancias como lesiones, relaciones personales y muchas otras.