Escribo hoy desde Roma, donde he sido invitado por Fabrizio di Romanis para inaugurar una pista en uno de los clubs más prestigiosos de la capital italiana, el Club de Tennis Parioli. Me acompañan la gente de JUST TEN y esos artistas del marketing deportivo de la empresa Publidep.
Tres son ya los grandes clubs de tenis del norte de la ciudad de Roma que cuentan con pistas. Clubs de los que marcan tendencia, al estilo de aquellos de los años 80 del pasado siglo que lo hicieran en Madrid, Bilbao o Sevilla y algo más tarde en Barcelona.
Me sorprendió la cantidad de gente que se interesó por el evento. Unos, los más, eran potenciales jugadores. Pero también habían empresarios y promotores ávidos de detectar oportunidades de negocio. Tal circunstancia me hace reflexionar y me permite pensar que la evolución en Italia puede ser más rápida que la española en sus primeros años. Italia y el resto de países europeos cuentan con el ejemplo español. El boom de los últimos años ha tenido repercusión más allá de nuestras fronteras y muchos promotores, no pocos españoles, han decidido invertir en lo que piensan puede ser un buen negocio a medio plazo.
Llevamos muchos años preguntándonos porqué el pádel no triunfaba en Europa, cómo era posible que aquí triunfara y a solo unos kilómetros no. Quizás desde nuestra pequeña burbuja no hemos sabido ver que en realidad todavía no éramos un ejemplo, pero ciertamente parece que tal concepción está empezando a cambiar. En los últimos meses se han inaugurado pistas en Inglaterra, Alemania (incluso con la participación del WPT en la ISPO de Munich, la feria del deporte más grande de Europa), Italia, Suecia y otros países europeos.
Algo está cambiando o esa es la percepción de alguien como yo, que procura seguir el día a día de la evolución de nuestro deporte desde un punto de vista que no peque de optimismo sin fundamento. Pero que de la misma manera está viendo crecer los departamentos internacionales de las principales marcas del sector, bien sean constructores de pistas, marcas de palas u organizadores de eventos, así como el número de federaciones que se afilian a la Federación Internacional de Padel (FIP), el organismo que debe regular ese deseado crecimiento.
Esperemos que sea el inicio del despegue definitivo del pádel en Europa. Nuestro futuro depende de ello.