Tal como comentamos en el anterior artículo, el WPT de Barcelona permite extraer temas para varios artículos. Hoy nos centraremos, después de tratar el aspecto más importante que para mí fue la revolución en el cuadro femenino, en esos temas de jugadores y reglamentarios que culminaron con el rifirrafe de la final masculina.
Si alguien espera que dé mi versión de los hechos acaecidos en la final entre Belasteguín-Díaz y Lima -Mieres, que pienso sería una versión que se acercaría a la realidad ya que presencié el partido en directo, con la ventaja adicional de tener sonido de la pista a través de los cascos que utilicé como comentarista de tv3, y poder hablar con varios protagonistas a posteriori, es mejor que dejen de leer. No entraré en el juego de si este jugador hizo esto o el otro lo otro. Sí puntualizo que todos los jugadores cometieron errores, aunque evidentemente no todos del mismo calibre. También diré que me consta el arrepentimiento de alguno de ellos y estoy convencido que los otros también lo están.
Lo que me importa de verdad de lo que sucedió, es remarcar el estado actual de un deporte que calificamos de profesional pero que solamente está en camino de serlo. No nos debe de extrañar, ni es malo, simplemente es la realidad de un deporte que nació hace muy poquito y cuya competición de alto nivel justo acaba de aparecer.
Por un lado tenemos el problema arbitral. Los árbitros tienen, como no puede ser de otra forma, poca experiencia. Pero además, el reglamento es incompleto y permite la actuación del árbitro solo en determinados momentos. Esto complica el arbitraje y, quizás más importante, el entendimiento de sus acciones por parte del público. Este último también poco acostumbrado a presenciar partidos de pádel de alto nivel en directo. Si además le sumamos la dificultad intrínseca de nuestro deporte para ver desde la posición del árbitro ciertas jugadas, el problema está asegurado. Mi propuesta es buscar la colaboración de los grandes árbitros españoles del circuito de tenis de la ATP, que sin duda alguna podrían mejorar el nivel de nuestro arbitraje. Yo conozco alguna primera figura que estaría dispuesto a colaborar.
Por otro lado tenemos a los jugadores “profesionales”. De tanto utilizar esta palabra, nos lo hemos creído, pero en realidad están en camino de convertirse en ello. Los actuales jugadores no están preparados, en general, para responder a las situaciones de un deporte que empieza a contar con grandes pabellones, televisión y el fenómeno de los fans. El otro día sin ir más lejos entrevistaron en caliente a JMD y Belasteguín al término del partido. Y ellos no saben como actuar en esos momentos! Nadie les ha enseñado! Cualquier jugador de tenis o futbol tiene algún asesor o han “mamado” las formas de actuar desde pequeños; tienen un repertorio de respuestas prefabricado y frases vacías que les permiten responder a la prensa sin mojarse. Pero si nuestros grandes jugadores estaban jugando en pista de muro con 20 espectadores y sin prensa hace solo unos pocos años. No se les puede pedir más. Aunque tienen que ser humildes y aprender de los errores. Son ya un referente para mucha gente, especialmente para muchos niños, y eso comporta una responsabilidad.
Nos falta analizar al organizador, al público, a los entrenadores y al resto de actores del circo. Lo haremos.
Pd. En el anterior artículo olvidé remarcar la excelente actuación en su vuelta como pareja de Cata Tenorio y Valeria Pavón. Alcanzaron una muy meritoria final.