¡Por fin empezó la competición! Muchos meses de espera, demasiados para los que nos encanta ver partidos de alto nivel. Pero ha valido la pena la espera para empezar a despejar las incógnitas deportivas que toda nueva temporada nos plantea.
Solo pude asistir en directo al torneo hasta el jueves ya que el viernes me incorporé a la selección catalana de veteranos que disputaba el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas. Pero estos chicos del WPT me han permitido seguir la competición con un streaming que aunque falto de sonido casi todos los días y con algún pequeño error en la realización que hacía difícil en algún momento seguir el juego, ha superado cualquier expectativa previa. 4 cámaras y una calidad de imagen más que notable nos dejarán sin excusa para no seguir la competición todo el año.
En lo deportivo más de lo mismo en chicos y chicas. La diferencia es que el más de lo mismo es muy atractivo en categoría femenina y suena a repetido en la masculina.
Llevo varias temporadas escudriñando cada partido, cada detalle, cada síntoma que me permita anticipar el declive de Juan Martín Díaz y Fernando Belasteguín. Ni rastro. Aunque parezca mentira, parece que cada vez la diferencia con sus rivales se acrecienta y que solo las lesiones y Mieres-Lima y Sanyo Gutiérrez puntualmente les incomodan. Sanyo dio la de cal en este torneo y nos dejó sin poder disfrutar de su juego en cuartos de final.
Los príncipes, para mí los regentes, siguen demostrando que son sin lugar a dudas la pareja 2 de circuito. Pero toda la seguridad que muestran en sus partidos contra los de detrás se torna en desconfianza cuando tienen delante a la mejor pareja de la historia. ¿La botella medio llena o medio vacía? Para mí medio llena.
He notado a los jugadores top muy entrenados, faltos de competición (como no podía ser de otra manera) y en algunos de ellos con cierta ansiedad debida a la larga espera para entrar en acción. Todo se irá aposentando con el transcurrir de los torneos.
En chicas el panorama es muy diferente. 4 parejas parecen capaces de alzarse con el título, que en esta ocasión se llevaron las campeonas del pasado Master, Alejandra Salazar e Iciar Montes, y alguna más creo que dará algún susto a las de arriba. Varios partidos igualados y la sensación de que hay que batallar todos y cada uno de los puntos porque el resto de parejas no te van a regalar nada. La lucha se plantea interesantísima y pequeños detalles marcarán el ranking final.
No quiero acabar mi crónica sin resaltar que por primera vez Barcelona colgó el cartel de no hay billetes para un torneo de pádel. Para los que vivimos los inicios de la competición en Cataluña, en torneos con los mejores jugadores del mundo en instalaciones sin gradas, es un sueño convertido en realidad y un acicate para seguir trabajando.