Eli Amatriain y Paty Llaguno, pareja 1 en 2013
Esta temporada, sin lugar a dudas, ha sido la del pádel femenino en el WPT. Toda la monotonía del circuito masculino se ha tornado en emoción en el femenino. Basten dos datos iniciales para demostrarlo: hasta 4 campeonas diferentes en solamente 7 pruebas y varios cambios de cabezas de serie durante el año, culminados por el destronamiento, en el último torneo y por los pelos, de la pareja número 1 los últimos años, Navarro – Reiter, a manos de la Llaguno – Amatriain.
La situación hasta este año era muy similar en categoría masculina y en la femenina. Una pareja, Navarro – Reiter en chicas y Juan Martín Díaz – Belasteguín en chicos, imponían una tiranía que no solo frena (aunque sea de manera inconsciente) el ímpetu de la pareja 2, sino que el freno se extiende a todas las parejas de cierto nivel. De hecho la primera derrota en Barcelona de Navarro – Reiter no solo dio alas a las gemelas Sánchez-Alayeto sino que abrió la puerta a que el resto de parejas top se creyeran que podían ganar a cualquiera. El razonamiento del jugador es sencillo: si esa pareja, a la que yo he ganado recientemente, puede ganar a las mejores, yo también puedo ganar a cualquiera. Apuesto a que el día que termine la hegemonía de JMD – Belasteguín (cosa que aunque parezca imposible terminará por ocurrir), sucederá lo mismo en el circuito masculino: se abrirán las puertas para varios jugadores, no solamente para los que logren destronarlos.
Analizando ya el circuito femenino, enseguida detectamos que hay 4 parejas inabordables para el resto (solamente Pavón – Tenorio han conseguido derrotar en una ocasión a una de ellas, en el primer torneo del año). Estas 4 parejas, pues, son con mucha claridad las mejores del circuito. Y son por orden de clasificación final: Llaguno – Amatriain, Navarro – Reiter, Hermanas Sánchez-Alayeto y Montes – Salazar. Entre ellas sin embargo hay diferencias. Las dos primeras han copado 5 de los 7 títulos en juego y la diferencia final en la clasificación es de muy pocos puntos.
Examinando en profundidad la comparativa de esas dos parejas observamos que si cogemos la lista de resultados de ambas (cuartos, campeón, semis, campeón, final, campeón y cuartos para Navarro – Reiter, y semis, final, campeón, final, campeón, cuartos y final para Amatriain – Llaguno) y eliminamos para la comparación los resultados repetidos en cada lista (hay que hacer notar que todos los torneos puntúan por igual), entonces vemos que la diferencia final es que dos finales de Amatriain – Llaguno les han dado una leve diferencia favorable contra campeón y cuartos de final. Un solo partido, una nimiedad, un detalle, un punto, un suspiro. Deporte de competición en estado puro.
Si queremos más datos, Navarro-Reiter se enfrentaron en 3 ocasiones a Amatriain – Llaguno. El balance, positivo; 2 victorias contra 1 derrota. Solo 4 derrotas en toda la temporada de las ex número 1: 2 en los 3 primeros torneos contra las hermanas Sánchez-Alayeto (para mí la clave de la temporada), 1 contra Amatriain – Llaguno y la última contra las renovadas en la parte final del año Montes – Salazar.
Del resto de jugadoras destacar la pujanza de la joven Marta Ortega y a Marta Marrero, que a buen seguro el año que viene jugará de tú a tú contra las mejores. Veremos si alguna de las grandes confía tanto como yo y la escoge como pareja para 2014.
Difícil será que tengamos un otro tan interesante deportivamente como éste. Lástima que hayamos leído y escuchado muchas más cosas extra deportivas que de la competición con todo lo que hemos visto. Otro año será…